jueves, mayo 31, 2007

La Niña



Hoy regalé mi sangre
a otra sangre que escapaba. Púrpura desconocida,
¡que precioso plasma!
fuente de naciente fuerza,
hermana de otras sangres,
realidad viviente;
con sus ilusiones con el delirio mío.


El hambre de los días quiso devorar la niña,
como el viento, sin ser visto.
El hilo dorado de sus dedos
pequeños, tiernos como rama
se crisparon inocentes.
No lograron detener su propia sangre.
Huía, veloz
como río caudaloso.
Navegaba la esperanza,
jugueteaba en su cascada, la vida...


Leonardo Silva (San Bernardo)

La vida es buena, cuando quiere



Oye dama que acompañas mi pasada por la vida
no te apenes.
No quiebres tu rostro con pesares
y no riegues tus mejillas de dolor.
La Vida es buena, cuando quiere
sólo debemos agradarla con una sonrisa
siempre constante, igual a un niño.
Vamos por la vida caminando
como dos enamorados, desde siempre.
Ven a postrarte entre mis brazos
y entrega tu cariño, sin temor.
Eres el agua, el alimento el sol que ilumina
mi sendero.
Eres el placer que justifica
mi existencia en este mundo
oh ! mi amor....

Leonardo Silva (San Bernardo)

Crepúsculo



Oye crepúsculo dorado te puedo contar mis penas
como si fueras el amigo distante que tengo?
Puedes darme algún consejo
en tu maravilloso lenguaje de colores?
apresúrate quieres? antes que el ocaso se lleve
tus respuestas al silencio de la noche.
Inunda mi cuerpo con tus luces moribundas
para llenarme de la sabiduría ganada en un sólo día.
Crepúsculo haz cubierto con mil rayos el cielo
si parecen los caminos por donde habré de vagar...
No te alejes crepúsculo amigo pues muy sólo quedaré.
Quién podrá comprenderme?
a quién confiaré los secretos del alma?
Te esperaré en el firmamento
suspendido hasta tu próxima pasada.

Leonardo Silva (San Bernardo)

Le debo a mi Padre


Le debo a mi Padre el sentimiento,
el valorar las cosas espirituales,
respetar los errores humanos,
conocer la virtud de la sencillez.

Le debo a mi Padre la vida,
la gota clara de agua pura
cuando mi infancia llamó de sed.

Me enseñó su alegría entre cuerdas,
entre brotes de sus siembras,
viendo emerger las crias
de todos los animales que alimentó.

Le debo a mi Padre la esperanza,
a pesar de todo la fe en el camino.
Que hay siempre un motivo para estar vivo.

Me enseñó a llorar en silencio
para limpiar el alma oscura.

Le debo a mi Padre una canción
corazón de escarcha
que se quiebra con el tiempo ído.

Le debo un sorbo de tierra, mares, cielos,
surco de albergue para el desvalído;
a vestir con hierva el sendero
antes de amar a la mujer del sueño.

Le debo a mi Padre la caballerosidad,
el respeto al rostro materno,
a ser persona honesta.

Que la riqueza está en el interior
para abrir todas las puertas.
Le debo a mi Padre mi gratitud
y un millón de segundos de
amor...





Leonardo Silva (San Bernardo)

En Altamira

Postrer homenaje a la maestra

Olga Silva Navia

En Altamira te dejamos en reposo, dormida,
con la paz santificada rostro iluminado,

pálida, con el albo velo.


Azahares y azucenas, el perfume que percibo
cuando el postrer adiós.


A la maestra de mi sangre,
a la amiga que me dio bondad, amor, cordialidad,
a la señora de Amable… mi respeto, admiración.


Hoy te fuiste a la morada en el barco de ilusión;
celeste velamen sobre palos, buen viento al llegar.


Ya eres flor en mi jardín, eres ángel tutelar
repartida entre el jazmín y el mantel en el altar.


Aquellos parvos de Abrantes, esos hijos prestados
de otros vientres,
los de la escuelita de campo a quienes diste saber;
hoy son la sinfonía que quieren verte volver.


Leonardo Silva (San Bernardo)

El Parque de Lota



Camino sobre hojas secas putrefactas por el tiempo,
pronto será más tierra para ocultar la vida.
A mi alrededor, humedad, calor y penumbra.
Las ramas de los arboles sólo dejan pasar
débiles rayos luminosos,
para morir devorados por el río de pirañas
ante su alimento vital.
A lo lejos un arpa goza sus arpegios celestiales.
Acompaña a las aves y sus trinos disonantes.
Están celebrando la libertad.
Se deslizan por el cielo con gran facilidad,
parece como si la mano de Dios
cortara el firmamento en elípticos trocitos
para repartir a cada quién su igual.
En derredor, la naturaleza sobrevive.
Una cala enana me sonríe,
sus enlutadas vestiduras se elevan
orgullosas al lado de la orquídea
que llama mi atención...
¡Qué bella flor !...
Cómo esconde su hermosura
a los profanos ojos que la llenan de rubor.
Me deslizo por acolchados senderos
hasta dar con el claro, donde reina el color.
Un mar de hortensias sirven de portada,
al fondo, una fuente cristalina,
donde florecen las místicas
corolas de lotos perfumados.
Sus hojas inertes sobre el agua argentina,
sostienen una lágrima mía.
Llama un pavo real, la codorniz responde,
son testigos de mi asombro
y de mi intromisión.
Estatuas del Olimpo el camino me señalan;
desean me marche de su imperio vegetal,
mis ojos lo ven todo
están almacenando el alimento
que ha de crear mi canción...

Leonardo Silva (San Bernardo)

Bienvenida

Si llegaste aquí es porque te gusta la poesía. Porque eres un ente sensible, soñador que se alimenta de palabras en un verso callado. Es porque
cantas o encantas el alma, habitante de esperanzas, hermano de la
aptitud, compañero de lamentos, diseñador de bellezas, labrador de tierras secas,
poeta escondido. Disculpadme, esta es mi casa, hoy la vuestra donde desnudo
secretos a quién quiera poseerlos... Esta es palabra recién nacida del vientre
interior, mi pluma os saluda en el ojo del tiempo y la distancia, Más allá del
hoy, resumido en un instante.

Leonardo Silva

Batuco, Lampa, Chile