Le debo a mi Padre el sentimiento,
el valorar las cosas espirituales,
respetar los errores humanos,
conocer la virtud de la sencillez.
Le debo a mi Padre la vida,
la gota clara de agua pura
cuando mi infancia llamó de sed.
Me enseñó su alegría entre cuerdas,
entre brotes de sus siembras,
viendo emerger las crias
de todos los animales que alimentó.
Le debo a mi Padre la esperanza,
a pesar de todo la fe en el camino.
Que hay siempre un motivo para estar vivo.
Me enseñó a llorar en silencio
para limpiar el alma oscura.
Le debo a mi Padre una canción
corazón de escarcha
que se quiebra con el tiempo ído.
Le debo un sorbo de tierra, mares, cielos,
surco de albergue para el desvalído;
a vestir con hierva el sendero
antes de amar a la mujer del sueño.
Le debo a mi Padre la caballerosidad,
el respeto al rostro materno,
a ser persona honesta.
Que la riqueza está en el interior
para abrir todas las puertas.
Le debo a mi Padre mi gratitud
y un millón de segundos de
amor...Leonardo Silva (San Bernardo)
Llamo poesía a todo canto interior que sale o florece, sin prisa ni acentos, obedeciendo a la voz que te dice lo que haz de escribir.
jueves, mayo 31, 2007
Le debo a mi Padre
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Bienvenida
Si llegaste aquí es porque te gusta la poesía. Porque eres un ente sensible, soñador que se alimenta de palabras en un verso callado. Es porque
cantas o encantas el alma, habitante de esperanzas, hermano de la
aptitud, compañero de lamentos, diseñador de bellezas, labrador de tierras secas,
poeta escondido. Disculpadme, esta es mi casa, hoy la vuestra donde desnudo
secretos a quién quiera poseerlos... Esta es palabra recién nacida del vientre
interior, mi pluma os saluda en el ojo del tiempo y la distancia, Más allá del
hoy, resumido en un instante.Leonardo Silva
Batuco, Lampa, Chile
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