
No ahorres sonrisa.
Mientras habites el tiempo:
Sonríe.
Cuando desventuras
exploren tu paz,
Sonríe.
Si en derredor el bullicio
hiere tu sensibilidad:
Sonríe.
No almacenes tu sonrisa
como se guarda la joya;
gástala que no se extingue,
te sentirás satisfecha
por dar algo de ti,
recibirás el premio
de la sonrisa mía.
Si tu sonrisa está prisionera
en las fauces de la careta exterior;
si el orgullo arruga tu ceño
y muestras lo que no eres ;
revélate, no sufras por nada.
El afecto en el rostro
es tu sonrisa.
La riqueza interior
es tu sonrisa.
Es el mudo dialecto de amar,
es dejar escapar el alma
para conocer la mía,
es alumbrar la oscuridad
de huraños sin destino,
es la magia de dar y recibir.
Tu sonrisa es compañía
en instantes de soledad...
Leonardo Silva (San Bernardo)