
Voy a dedicarme hoy a sonreír.
Te daré convivencia
entregaré cuerpos, distancias.
Estoy naciendo con el día,
tengo a Dios en el alma,
en el espacio de tu piel,
donde se desnuda tu nombre.
Vuelve hacia mí tu luz
bañándome de optimismo,
hoy quiero respirar,
ansío gozar la libertad.
Hoy construyo tu alabanza,
destruyo mis cadenas.
Son los navíos del cielo,
descienden su cargamento
de ángeles a darme paz.
Voy a demostrarte como soy,
huérfano de tristezas,
sin pensar en lo demás.
He desertado de la melancolía.
Hoy soy feliz.
Soy donde la noche descansa,
soy donde tu sangre es vulnerable,
donde tus ojos no ven,
soy donde los barcos navegan en calma,
soy el eco de tu llamada,
el protector de tu halada sombra.
Leonardo Silva ( San Bernardo)