
Oye dama que acompañas mi pasada por la vida
no te apenes.
No quiebres tu rostro con pesares
y no riegues tus mejillas de dolor.
La Vida es buena, cuando quiere
sólo debemos agradarla con una sonrisa
siempre constante, igual a un niño.
Vamos por la vida caminando
como dos enamorados, desde siempre.
Ven a postrarte entre mis brazos
y entrega tu cariño, sin temor.
Eres el agua, el alimento el sol que ilumina
mi sendero.
Eres el placer que justifica
mi existencia en este mundo
oh ! mi amor....
Leonardo Silva (San Bernardo)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario